Eres como la luna reflejada en la marea,
en una noche fría y oscura.
Es hermoso tu cuerpo lejano,
y tus cabellos son de nubes y espumas.
Son tus ojos luceros, ubicados en el cielo,
que viajaron desde lejos, provocando mi escritura.
Soy como el sol, de verdad yo soy.
Proveedor de la luz de vida y calor.
Es de mi cuerpo la fuerza de amor,
aunque mis ojos te vieron en vano.
Por eso me veo tentado de engaño
de aquella ilusión; lo que eres y soy.